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Infidelidades, absentismo y drogadicción: cinco situaciones que puede solucionar un detective privado

Lo leíamos recientemente en la prensa: cada vez más personas y empresas contratan detectives privados. Están presentes en todos los estamentos: empresas, ayuntamientos y gobiernos. Pero también en las relaciones sociales: en parejas, padres e incluso en grupos de amigos.

La razón está clara: poco a poco se ha producido una eliminación del estigma que, hasta hace poco, acompañaba a los detectives privados. Pasan inadvertidos, se ocultan en las sombras, recogen información y la entregan al cliente. Su actividad no es ilegal y se antoja, en muchos casos, necesaria. La única solución a problemas enquistados que amenazan la viabilidad de determinadas relaciones, tanto personales como empresariales.

Los resultados, en muchos casos, son muy positivos. El detective privado, como un periodista de raza, busca la verdad hasta que la encuentra. Las consecuencia de una verdad incómoda no siempre son agradables, pero sí son, a la larga, constructivas.

Detectives privados para infidelidades

Lejos de lo que el manual de lo políticamente correcto, a veces, dicta, los detectives privados para infidelidades son, muchas veces, necesarios. Los problemas matrimoniales, a veces, requieren de algo más; cuando la felicidad de una familia con hijos depende de este hilo, llegados a cierto punto, puede ser la mejor opción para todos los miembros. Esto, en última instancia, posibilitará evitar males mayores, como separaciones y problemas con los hijos.

Aspectos como la confidencialidad, el rigor y la seriedad, convierten a los detectives privados especializados en infidelidades en los más solicitados, cerca de aquellos que se especializan en detectar problemas de drogadicción, ludopatía o absentismo laboral.

Además, vivimos en una época en la que los detectives privados empiezan a tenerlo más fácil que nunca: redes sociales y móviles se han convertido en su mejor aliado. Atendiendo a esto y a otras conductas que sólo ciertos detectives saben detectar, la tasa de éxito de las investigaciones sobre infidelidades alcanza el 90%.

Detectives contra el absentismo

En las principales empresas del mundo ya es un hecho: el absentismo laboral se combate, sobre todo, con detectives privados. Las bajas laborales fraudulentas derivadas, entre otras cosas, de falsas enfermedades, son cada vez más comunes. El absentismo está al alza; 3 de cada 10 faltas al trabajo no tienen justificación; esto supone la pérdida de más de 450 millones de horas trabajadas cada trimestre en España.

“El absentismo laboral es un fenómeno que perjudica a las empresas, ya que conlleva un impacto directo sobre la productividad y los costes empresariales, y al resto de profesionales, ya que supone grandes cargas de trabajo puntuales”, reseñaban desde la empresa Randstad Reserch, centro de estudios y análisis del grupo Randstad.

Las empresas pierden millones de euros por este motivo; los detectives privados, de nuevo, se convierten en una de las soluciones más adoptadas por los responsables de las entidades. El papel del detective en estos casos aporta información objetiva al empresario, que se arma de razones para emprender acciones legales contra el trabajador.

Vigilar la ludopatía

Drogadicción y ludopatía son dos hábitos perjudiciales, pero existen muchos más: a veces, lo mejor para una persona que, de una forma u otra, se daña compulsivamente es el control. En España, lacras como la adicción por el juego están cada vez más extendidas debido al crecimiento indiscriminado de la industria del juego de azar.

Nuestro país cuenta con la tasa más alta en Europa de ludópatas jóvenes, de entre 14 y 21 años. Son etapas en las que, todavía, es posible coger el problema a tiempo y solucionarlo; en estas edades el desarrollo neurobiológico no está completo y hay un riesgo notorio de aficionarse obsesivamente al juego, pero, igualmente, se prestan más a una posible solución.

Al final, con los barrios llenos de casinos y centros de apuestas, volverse adicto es sencillo y tristemente frecuente. Los detectives privados ya conocen una serie de señales que implican que el sujeto está inmerso en este tipo de problemas: gastos de grandes sumas de dinero, cambios de horarios, alteraciones en los hábitos de sueño, aislamiento o estados de ánimo alterados.

Los detectives privados, tras recoger pruebas que aporten luz a la situación, ofrecen los resultados a las familias. En muchas ocasiones, pese a ser una solución todavía estigmatizada, constituyen la primera piedra para construir un futuro mejor para el afectado.

 

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