El trabajo de un detective ha sido idealizado por los escritores y directores de cine a lo largo de la historia, es por ello que muchas de las cosas que has escuchado sobre esta actividad pueden pertenecer a la ficción.
Si quieres conocer un poco mejor esta profesión y su historia te invitamos a que sigas leyendo.
Las primeras agencias
Las dificultades -y oportunidades- del sector
El mundo está en constante cambio: conforme pasan los años, aparecen nuevas tecnologías que modifican el tipo de delitos y que ayudan a mejorar los métodos de investigación de los detectives. Mientras que la actividad de los detectives antes se basaba en localizar o investigar a personas, ahora muchos de los delitos que investigan son los cibernéticos como el fraude o el robo de información a empresas.
También es cierto que se trata de una profesión muy regulada y que trabaja bajo una estricta normativa. Hay que tener en cuenta la obligación de colegiarse para ejercer y, si quieres trabajar de forma independiente a una agencia, la necesidad de convertirte en autónomo. A todo esto se le suma el problema de los Colegios de Detectives, que no se encuentran en todas las Comunidades Autónomas y que puede dificultar el acceso al sector dependiendo de dónde quieras ejercer.
Y si llegados a este punto te estás preguntando cuánto dinero se gana con este trabajo tienes que saber que es subjetivo. Cada detective es libre de establecer sus propias tarifas y honorarios y para hacerte una idea de que aspectos hay que tener en cuenta te dejamos una breve lista:
- El tipo de caso que se va a investigar.
- Los medios a emplear.
- Los gastos derivados de la investigación.
- El número de horas.
En el ámbito legal, es cierto que todavía faltan algunas leyes que regulen y controlen mejor el intrusismo y la competencia desleal, de manera que se mejore la profesión y que no se permitan unos honorarios inferiores a lo que corresponde por el trabajo realizado por el investigador.
Implicación con el cliente
Otro aspecto muy importante a tener en cuenta es la relación con el cliente. Como detectives, tenemos que mantener las distancias con él para poder tratar el asunto desde una posición objetiva. Esto nos ayudará, además, a evitar involucrarnos emocionalmente.
Hay que tener en cuenta que no se puede realizar una investigación si no existe un motivo legal para hacerlo o una relación entre el investigado y el cliente. La indagación no puede atentar contra la persona indagada.
Formación del detective privado
La formación requerida para convertirse en detective privado consiste en obtener un título universitario en el ámbito de la investigación privada o el título del curso de investigación privada. Es necesario poseer conocimientos de derecho y ordenamiento jurídico de forma que las pruebas obtenidas se puedan presentar ante un tribunal conociendo todos los aspectos legales involucrados.
También es cada vez más necesario tener conocimientos tecnológicos para afrontar los nuevos retos que se le presentan al detective ya que muchos de los delitos que le tocará investigar serán de tipo telemático. Esto ha hecho que se utilicen herramientas más avanzadas para resolver los casos. Otro requisito cada vez más importante es ofrecer pruebas de mejor calidad, por ejemplo, se exige que las grabaciones se realicen con cámaras de grabación para obtener imágenes más claras.
La nueva imagen del detective en la sociedad
Como ya hemos mencionado la actividad del detective privado ha sido muy idealizada por culpa de películas o libros pero, poco a poco, se va viendo una imagen más profesional y realista del sector. Poco a poco se ha dejado atrás el pensamiento de que el investigador privado solo sirve para probar infidelidades; en la actualidad las agencias tienen un gran abanico de servicios. Los detectives privados no son solo usados por particulares sino que los empresarios han visto que pueden facilitarle su labor.
Con el paso de los años el sector deja a profesionales mejor cualificados y preparados. Desde que se abrió la primera agencia los servicios, métodos y técnicas empleadas han mejorado para ofrecer a los clientes una solución efectiva a sus problemas.